lunes, 18 de enero de 2010

Economía y pobreza: EL PUEBLO CANGREJO

Por: Claudio Zapata - Economista [1]

25 de octubre del 2009: el presidente García arremete nuevamente con su pluma a través de un artículo periodístico que titula “El Perú avanza para el pueblo”. El tema: los progresos en materia de superación de la pobreza en el país sustentados con cifras de un informe de Naciones Unidas. Meses atrás, en mayo de este año, como parte del lema estatal de moda, se publicaba en algunos diarios nacionales que el Perú, tras mil días de Gobierno de García, había reducido la pobreza de 48% a 35% (4% en el 2006, 5% en el 2007 y 4% en el 2008).

Una de las primeras afirmaciones de García se refiere a la reducción de la pobreza. Toma como base el año 1991, cuando ésta era de 54%, sin aclarar que la mitad estaba en esa condición debido a su deficiente administración gubernamental, y afirma que se redujo a 36% en el año 2008. Se trata de la recuperación de lo perdido desde 1988 hasta la fecha y no del producto de la gestión actual del aprismo.
A pesar de lo secreto de la generación de la cifra, se observa —en estadísticas oficiales— que el porcentaje de personas que no consumen las calorías necesarias se ha incrementado de 29% en el 2007 a 32% en el 2008. Tan solo por ese hecho, Farid Matuk menciona que “resulta absurdo que la pobreza se haya reducido, mientras más peruanos están muriéndose de hambre”.

Señala también García que el analfabetismo bajó de 18,1% en 1991 a 6% en el 2008. Matuk replica que lo atribuible al segundo periodo de García es la reducción de 1% (hasta10%), lo que no garantiza un gran avance en esa materia a pesar de los denodados esfuerzos por cumplir la promesa “Analfabetismo cero”.

El Presidente de la República menciona como virtud el incremento del número de inscritos en universidades: casi el doble para el periodo 1991-2008. Como recordaremos algunos, la cantidad de estas casas de estudio se incrementó al permitirse su apertura como negocio y sin controles de calidad. Además, como ha demostrado el caso de Alas Peruanas, los pocos controles que existen pueden ser obviados a través de una pequeña ayuda de los amigos del Poder Judicial. ¿Cuál es la garantía de tener más universidades con las mismas carreras? Y justo de aquéllas —las profesionales— que requieren de poca inversión y que no son precisamente las que más demanda el mercado laboral peruano, de acuerdo con estudios hechos por una entidad gubernamental (Guía de Orientación de Estudios de la Secretaría Nacional de la Juventud). No se menciona nada de la poca o nula inversión en ciencia y tecnología como política gubernamental en todo el periodo explicado.

Indica también García que la asistencia escolar aumentó en cerca de 12 puntos porcentuales desde 1994, pero no dice absolutamente nada de que ocupamos el lugar 131 entre 131 países en el ránking en calidad educativa en el reporte del World Economic Forum, según el cual nuestra educación primaria figura en el último lugar y la educación en matemática y ciencia, en el penúltimo. ¿Se trata acaso de que los alumnos pasen por la educación pero que la educación no pase por ellos? ¿Cuál es el valor de aumentar el número de alumnos que terminan la primaria o la secundaria si en ellas no se aprende lo indispensable para la vida?
García nos informa que los servicios públicos mejoraron. Lo cierto es que en el INEI se observa que, en su segundo periodo, el acceso al agua potable se mantiene igual (de 31% a 32%), y que la telefonía fija en domicilio disminuyó (72% a 70%). Nos indica el incremento de carreteras asfaltadas pero no nos dice nada de la ausencia de previsión en los impactos indirectos de las principales carreteras: la Interoceánica Sur y el Corredor Vial Amazonas Norte. Solo por mencionar algunos datos de la primera: nos está costando 50% más de lo inicialmente planeado; su Evaluación Ambiental Estratégica apenas se está realizando (normalmente se hace antes de construir y no como un mero formalismo), y algunos estudios señalan que los transportistas brasileños preferirán la ruta boliviana a la peruana para la conexión con el Pacífico; sin hablar del incremento de la minería informal y la deforestación en la Amazonía, generado por ambas vías.

Es común que el Presidente nos apabulle con cifras que, leídas sin conocimiento previo, analizadas con una de las educaciones más pobres del planeta y con estándares de corrupción sumamente competitivos, nos brindan la sensación de que estamos avanzando. Pero los que cuestionamos esos discursos ampulosos sabemos que el avance podría ser como el de los cangrejos.

[1] Publicado en la revista Ideele 196 de diciembre de 2009.

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