lunes, 15 de septiembre de 2008

La ineficacia del centralismo.


A un año del terremoto en el departamento de Ica [1]


Por: Claudio Raúl Zapata
czapata@psf.org.pe



Un año ha trascurrido de aquel sismo que asoló a las principales ciudades de Ica y alrededores. La población de Ica recordó esa fecha con movilizaciones masivas de pobladores comunes y corrientes. ¿El motivo? La ineficacia del gobierno central para dar respuesta al proceso de reconstrucción de las ciudades afectadas.

Los casi mil muertos no pesaron en la conciencia del presidente Alan García cuando declaró “moderen sus exigencias” en su fugaz visita a la ciudad de Ica. Mencionó también que no se encontraba satisfecho con los avances ejecutados por la reconstrucción a pesar de que sabía que un proceso de esta naturaleza tarda más tiempo.

Días previos a cumplirse el año, el gobierno central impulso una avalancha de publicidad tratando de demostrar a la opinión pública la millonaria inversión desarrollada en Ica.

Sin embargo los discursos y las cifras oficiales ya no son de aceptación en el departamento de Ica. Su población exige solución a los problemas, de manera más ágil, más participativa y descentralizada. ¿Son exigencias demasiado altas las reclamadas por la población iqueña?

El organismo creado para la reconstrucción (Fondo de Reconstrucción del Sur -FORSUR) bajo conducción del empresario Julio Favre ha sido prácticamente cerrado y el Ministro de Vivienda –sector del cual debería depender la entidad- ha señalado que la decisión de que el FORSUR continué o no es exclusiva del Parlamento.

El FORSUR, a 7 meses de su creación, se diluye sin conseguir los objetivos planteados y haber contado a diciembre de 2007, con más de 7 millones de dólares. El FORSUR alimento esperanzas con su creación, pero nunca tuvo señales de transparencia, y no demostró nunca las ganas de ser eficientes.

De acuerdo a la norma de creación de FORSUR, éste tenia autonomía para planificar, desarrollar y priorizar los proyectos de reconstrucción. Se desprende que los encargados de construir son los sectores, el gobierno regional o los gobiernos locales. Tenía sentido la instalación de una entidad de esas características o más bien hubiese sido sano construir con los gobiernos locales y reforzar la labor de un sistema de defensa civil.

Se esperaba mayor coordinación entre los actores locales y las funcionarios designados para mejorar significativamente los esfuerzos de la articulación. Sin embargo el ex encargado del FORSUR ha acusado al presidente regional y los alcaldes provinciales -que juntos reclaman que el proceso sea más rápido y participativo- de enemigos de la reconstrucción. Cualquier cuestionamiento a su gestión convierte automáticamente a los actores en enemigos de la reconstrucción.

Los datos oficiales señalan que hubo titulaciones, bonos de seis mil soles a los damnificados, casas prefabricadas entre otros. Pero el descontento es generalizado y se perdió la posibilidad (y oportunidad) de involucrar a los Gobiernos regionales y locales en la reconstrucción, optándose por una estrategia centralista que mostró su fracaso.

¿Entonces quién ha fracasado? ¿El Gobierno? ¿El FORSUR? En realidad, el fracaso es de la lógica centralista: ante la magnitud del desastre, se prefirió crear una institución con sede en Lima y que no estaba dispuesta a dialogar con los afectados.

¿Quiénes son los afectados? Los pobladores que de política no desean saber nada, pero que sienten que una vez más los han paseado y no lograron resolver sus problemas concretos.

La Asociación de Municipalidades de los Pueblos Afectados por el Terremoto (AMUPAT) tiene el reto de concertar esfuerzos para la reconstrucción entre la sociedad civil, las autoridades locales y el gobierno central, basándose en las necesidades y opiniones de los vecinos. Para AMUPAT la reconstrucción no es solo edificar nuevas viviendas, sino garantizar una vida digna y segura para las familias, y sentar bases para el desarrollo.


[1] Publicado en el boletín electrónico de FSP Alerta Perú el 22/08/08




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